Blogia
infinitoyfugaz

Colgate

Colgate Todavía me estoy recuperando; son sólo las nueve y media de la mañana y ya me duele todo, sobre todo el cuello. Hace un par de horas me teníais que haber visto, lozano, limpio, con un brillo, que ni mi, hasta hace dos días, compañero, Mr. Proper (bueno, ahora le llaman Don Limpio). Mi aspecto orondo, como soy yo de natural, me había abandonado, y lo había hecho de repente, desde las siete y media, esto ha sido un suplicio, de un lado para otro, de derecha a izquierda, de arriba a abajo (¡qué mal he llevado estar boca abajo!) Con lo bien que estaba yo en mi cuartito, con la casa en silencio... bueno, es más, desde que llegué anoche a casa, después de estar todo el día en el Carrefour, y después de un viaje apelotonado oliendo a todo, y con golpes incluidos, aquel cuarto con olor a limón y frescor salvaje del Caribe, y aquel vaso de agua, me parecieron la gloria, únicamente el olor a Licor del Polo, que a nadie de mi familia nunca nos ha gustado, podía amargarme aquella confortable noche, sin saber que la mañana iba a ser lo que ha sido: una suerte de pellizcos, apretones, manoseos y dolor en mi cuerpo que padre, madre, chicos y chicas me han provocado.

0 comentarios