GANAR Y PERDER EL NORTE

A los dos años de legislatura podemos establecer que la evaluación continua del Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero está dando los resultados que la generación joven que votamos al Presidente queríamos.

Los cientos de miles de jóvenes que nos movilizamos junto al resto de ciudadanos que anhelábamos la paz y no queríamos la guerra en 2004, vimos en la figura de Zapatero a un político nuevo que había llegado con su discurso a una sociedad nueva que ya no teníamos ataduras ni miedos del oscuro pasado español.

Los que salimos a la calle pidiendo paz tras el apoyo del PP a la Guerra de Irak y tras el brutal atentado del 11-M pensábamos que los dirigentes habían perdido el rumbo de gobernar para los ciudadanos, habían perdido el norte.

La llegada de Zapatero a la Jefatura del Gobierno y su célebre frase la noche del 14-M "No os fallaré" tenía que ser la respuesta y el propósito de enmienda del rumbo de un país que con la política del "España va bien" había adormecido a toda una generación de jóvenes de clases medias, algunos con perfil de izquierdas y otros sin perfil definido.

La retirada de las tropas de Irak, con la perspectiva de dos años, se debe concebir no sólo como una declaración de paz, que lo fue, sino también como un acierto estratégico político: Irak es hoy un continuo polvorín que desborda la razón humana.

La generación de jóvenes libres de prejuicios políticos de antaño y que palpa como desafios actuales aspectos relacionados con la globalización, la inmigración, el Medio Ambiente, la participación ciudadana y la Paz y la seguridad, ha visto en estos dos años como la Administración Socialista derogaba el Trasvase del Ebro y reivindicaba una nueva cultura del agua que ahondA en la sostenibilidad y el aprovechamiento de recursos de modo racional y moderno.

Una nueva generación también valoramos la recuperación de derechos para las mujeres con la Ley de Igualdad, la ampliación de derechos para los homosexuales al reconocerles su derecho al matrimonio, la cuota ampliada de bienestar con la esperada Ley de Dependencia y sobre todo la percepción de que pese a las diferencias de criterios, opinión y de pensamiento con diferentes sectores, Zapatero ha insistido en la cultura del diálogo y la negociación como modo de llegar a acuerdos como hizo con la patronal de los colegios religiosos y con los sindicatos mayoritarios tanto de la Escuela pública como de la Concertada en la Ley Organica de Educación.

En este escenario político de diálogo, convivencia y respeto a las partes, sin consignas políticas y desde la sensatez, ETA ha dado el primero de los pasos hacia el abandono de la violencia. Y esta es la gran oportunidad que debe aprovechar Zapatero para recuperar la unidad de todos los ciudadanos, y sobre todo recuperar la ansiada buena convivencia en Euskadi. En definitiva, ganar el norte que otros perdieron.

Rubén J. Gutiérrez d'Aster