No sé, pero algo está pasando en la televisión pública. Eso de que algunos programas nuevos me recuerden a aquellos de Fernando García Tola en los 80 es algo que reconforta a la mente que quiere interactuar con los rayos catódicos, y no dormirse o despertarse por los gritos, insultos o berridos de personajes de pantalla plana. Infinito y Fugaz desea lo primero a este tipo de programación: televisión infinita.
Los servicios de inteligencia de todo el mundo gastan lo que no está escrito en materia anti-terrorista y la que no es terrorista, deciden que un país tiene armas de destrucción masiva por medios tecnológicos, y ocurre un maremoto en el sudeste asiático y nadie es capaz de predecirlo excepto los perros y los lobos. Ningún país invierte en servicios de inteligencia que detecten cambios geológicos.
Los países se organizan para acabar con un dictador o con un régimen dictatorial pero no se organizan para luchar contra el terror geológico.
Los países se movilizan para invadir a otros países pero no para movilizar inmediatamente el envío de ayuda humanitaria a los damnificados... sin pensar lo que hubiera pasado si allí no hubiera habido turistas occidentales.
...Y las provincias del imperio seguían mirando con una extraña mezcla de pavor y devoción a la venerada metrópolis que dictaba, imponía y sancionaba para gusto de los habitantes del globo.
...El espectáculo debe continuar. El viejo Molino Europeo debe seguir siendo la referencia de este globo cada vez más idiotizado. El espectáculo de la democracia nació en Europa, la sacralización de ésta y todo lo que lleva consigo de colores, burros y elefantiasis lo pueden seguir practicando ellos.
...Y de repente, oye, en pleno prado allí se posó, como la Estatua de la Libertad en la playa de El Planeta de los Simios, y no supimos que hacer ni que decir ni que pensar, como Charlton Heston. Alguien nos tendrá que dar una explicación a ese fenómeno.
Como ciudadano que conoce a uno de los profesores que este año han sido destinados a su centro como profesor interino a tiempo parcial, quiero advertirles del peligro que encierra para sus hijos e hijas que el profesor Aznar López imparta lecciones magistrales sobre civilizaciones, invasiones, crisis provocadas, guerras, conquistas y reconquistas. Además de no tener el perfil adecuado, puesto que su materia es la Inspección Financiera y Tributaria, presenta un claro desconocimiento de lo que supuso el Al-Andalus y sus ocho siglos de historia en la Peninsula Ibérica, así como todo el proceso denominado Reconquista, que el profesor Aznar López dibuja como si de una superproducción cinematográfica fuera, incluyendo elipsis argumentales de nada más y nada menos que ocho siglos. Debemos recordar que desde 1492 sólo han pasado poco más de cinco siglos, con lo que la herencia dejada por el mundo islámico está fuera de toda duda, incluida la estampa mediterránea del Profesor Aznar López. Hay que recordar, también, que España como estado no existía, y que la Corona de Aragón, Castilla y Navarra, sí.
Esto, en cuanto a contenidos conceptuales (ignoro que procedimientos empleará en sus clases), pero en lo que se refiere a valores y actitudes, aquí es donde me preocuparía si mi hijo o hija fuera alumno de Georgetown, ya que en estos momentos donde occidente y el mundo islámico deben hacer esfuerzos y tender puentes hacia el diálogo y el entendimiento, va el Profesor Aznar López y saca a relucir, como en un patio de colegio, como causa de que España sea objetivo islámico, la llamada invasión mora en el ochocientos y la posterior necesidad de salir del mundo islámico y reconquistar España. ¡Haciendo amigos!
Así que ignoro cuales serán los increíbles temas de sus próximas clases, pero visto lo visto, yo, que tenía a las Universidades americanas y a sus profesores por ser los mejores del mundo, se me ha venido abajo la ilusión de poder llevar a mis hijos a su Universidad cuando fueran mayores. Aunque probablemente, a estas horas Harvard o Yale estarán frotándose las manos por el gol encajado a Georgetown.
Yo que ustedes cambiaría la matricula de sus pequeños...
Llegar a Cádiz desde el tercio norte de la península es siempre costoso si es el coche el medio utilizado; las autovías, esas grandes facilitadoras de trayectos, pero enemigas del tramo corto del viajero que gusta de atravesar pueblos y creerse viajero con billete de experiencias y andanzas, nos calcularon un trayecto de casi 1000 kilómetros y 11 horas, que se cumplieron a la perfección después de atravesar la Ibérica, la Meseta Sur y el Valle del Guadalquivir.
El Cabo de Trafalgar y su faro nos esperaban impasibles con el ojo puesto en el Atlántico, y pronto decidimos situarnos bajo su mirada protectora ante el peligro de sus corrientes que amenazaban guerra como otrora vivieron ingleses y franceses, y que ahora se conmemoraba (Batalla de Trafalgar).
Agua, sal y arena fueron las tres medallas que nos colgamos tras la maratoniana jornada. El sol del atardecer en sesión no numerada iba sucediendo escenas de amor compartido en la playa, y una luna casi llena tomó el relevo de un agotado sol que nos preparaba con aceite un cazón (un tiburón pequeño) en adobo y unos boquerones en su justa vinagre en una localidad cercana: la bulliciosa Conil de la Frontera, un pueblo blanco que se eleva desde la playa sobre una loma escasa formando un torso horizontal donde en caravana de hormigas los turistas, hablamos, reímos, comemos, bebemos y saludamos a líderes políticos que han decidido pasar unos días cerca de algunos militantes de base que observamos con agrado la naturalidad de sus gestos. Un hotel en forma de patio interior o claustro nos da las buenas noches.
A la brisa marina le sienta bien la lectura.Paris No Se Acaba Nunca se acabó entre arena, salitre y restos de algas. Las parejas se sinceraban sobre toallas húmedas y la lectura avanzaba con dificultad. Leyendo a Vila Matas, te das cuenta que tener un nobel y haber escrito tantas obras maestras de la literatura a Hemingway, leit motiv de la novela, no le sirvió, ni le sirve de patente de corso para considerarlo uno de los mejores escritores del siglo XX. Hace no pocos años, una Universidad americana quería quitarlo de sus planes de estudios, simplemente consideraba sus temas inmorales. La novela de Vila Matas es una gran novela que te tiene atado por su mordaz ironia y sobre todo por ser un hiperenlace a tantas buenas lecturas de siempre que uno debería hacer. Ya he empezado Bajo el Volcán de Malcolm Lowry, un viaje psicaliptico a México.
De las mejores cosas que tiene el verano, sin duda hay una o dos que resultan inconfesables en este foro, y otra que debería confesarse a todas horas: leer. Para mí el verano empezó hace unas semanas, pero sin duda un momento iniciatico es el día que comienzo la primera lectura del verano. El chapuzón en una piscina de goma de un metro y la solana de las afueras zaragozanas no han podido ser la mejor compañia para París No Se Acaba Nunca de Enrique Vila-Matas, un escritor siempre sorprendente, y que en las primeras 50 páginas ya lo está siendo.
Hoy hace 35 años que Armstrong pisó la luna, un buen lugar para visitar mientras se lee.
Creo que aún no somos nada conscientes de lo que significa que una quimera, como parecía la derogación del Trasvase o Trasvasament, en Cataluña, del Ebro, se haya producido. No somos conscientes de que una catástrofe ecológica podía haberse producido.
Este fin de semana hemos estado en el Delta del Ebro, y nunca antes habíamos estado; la sensación de riqueza ecológica, agrícola y, por qué no, cultural, nos ha sorprendido.
Tan lejos, y tan cerca. El río que tanto queremos y en el que nos hemos bañado los habitantes de la Ribera del Ebro, forma un microcosmos, entre mediterráneo y caribeño, en el Delta, que díficilmente nos hará no volver dentro de unas semanas.
El fin de semana lo hemos finalizado en Murillo de Gállego, y allí la sombra del Embalse de Biscarrués, es una realidad que enfogara unos preciosos rápidos, unas preciosas pozas, y finalmente enfogará un río vivo como el Gállego.
Es difícil tener las cosas claras en estos temas, pero no es difícil pensar que lo que un día es bello y tiene vida puede convertirse en, quizás también bello, pero sin vida propia.
Deberíamos situar los parametros de la belleza en las cosas que la naturaleza nos regala y no en lo que nos divide.
Hoy Beatriz me ha propuesto un nombre para esta singladura: Infinito y Fugaz.
Me dice que forma parte de un verso de Emilio Pedro Gómez, uno de esos poetas perdidos (o encontrados)por los IES aragoneses.
Infinito y fugaz pretende ser el texto con coherencia y cohesión que asome a esta ventana muchos días del año. Las palabras se asomarán para alabar o denunciar, pero siempre para ser fiel a la herida dulce o ácida que nos inflige la vida; citando al poeta, Infinito y fugaz será un heridario más.
El verano siempre es una herida dulce que se cura con la sal del mar.
Este verano ya me he enamorado.